¿Qué es Codecraft?
Codecraft es un proyecto que consiste en enseñar a programar a niños de entre 7 y 16 años de edad. Consta de 3 sesiones de 3 horas cada una donde de manera iterativa e incremental se van abordando distintos conceptos relacionados con la programación, la instalación de servidores y los lenguajes de programación.
El contenido de las sesiones
Durante las sesiones en las que participé pude ver cómo los mentores empiezan proponiendo pequeños retos a los alumnos, como la creación de un cubo, un cilindro o una pirámide. Superados los primeros desafíos y familiarizados con el entorno, se despierta su creatividad dejándoles ver que pueden crear en ese mundo todo aquello que imaginen (¡Minions o Super Marios incluídos!).
Una vez mostrado el tedioso trabajo que puede llegar a ser la creación de ese tipo de contenido se les introduce en la programación y, cómo mediante código podemos ser capaces de ‘decirle al ordenador’ que se encargue de hacer en un momento ese cubo que a nosotros nos llevó un rato hacer a mano.
Tras conseguir que el gusanillo de la programación les pique, los profesores van un paso más allá y con palabras que los niños pueden entender les explican conceptos como ‘dirección IP’ o ‘servidor’, y guían a los niños en la instalación de su propio servidor de Minecraft para que posteriormente puedan seguir practicando en casa y jugando con sus amigos a crear más maravillas.
Cuando ya conocen los comandos existentes y la instalación de un servidor de Minecraft, el siguiente paso es leer y entender el código de dichos comandos, para finalmente cambiarlos y conseguir que hagan lo que ellos desean. Se hace de esta forma por similitud con la manera en que aprendemos un idioma cuando somos niños: primero aprendemos a leer y luego escribir. Si se lleva esa idea a los lenguajes de programación los niños ven cómo están escritos los comandos y eso les abre la puerta a crear los suyos.
Sin duda, el mejor recuerdo que me llevo de esta experiencia fue hacer una retrospectiva con los niños sobre qué habían aprendido en la sesión, qué les había gustado y qué no, además de escuchar de ellos que lo que más les había gustado era aprender tantas cosas y lo que menos, ¡tener que parar para hacer un descanso!
Está claro que la informática también puede ser cosa de niños.